Adicciones negativas
Fuente. Fotografía obtenida por Eugenia Parra
La aparición del ser
humano en la tierra en el transcurrir del tiempo ha creado hábitos buenos y
malos que permitió el acercamiento a nuevas formas de vivir de forma útil y
confortable buscando la comodidad del ser humano pero inevitable y
accidentalmente aún sobreviven hábitos dañinos que para unos es incomprensible
dejarlos porque dependen de ellos.
El recapitular los
diferentes tipos de adicciones en pleno siglo XXI es cuantioso y su análisis
probablemente complejo pero entre los más conocidos por medios de difusión
masiva están el alcohol, cigarrillo, hurto, Facebook, internet, sexo y muchos
otros que se convirtieron causa suficiente para la destrucción de hogares, profesionales
o futuros prometedores en beneficio de si y la sociedad.
En el transcurrir del
tiempo las drogas ofrecen una variedad de presentaciones duras, blandas,
psicoactivas, legales e ilegales que son identificadas, aceptadas o rechazadas
por la sociedad según coadyuven a las investigaciones científicas para la cura
de padecimientos del ser humano y como se dijo anteriormente sus presentaciones
se clasifican en alcohol, marihuana, LCD, cocaína, heroína, metanfetaminas,
anfetaminas, hongos, esteroides, crack, spice, cannabis, 2CB y otros que se sub
clasifican y que en la actualidad van tomando nuevas formas y presentaciones
que siguen perturbando el normal desarrollo humano.
Las adicciones que
frecuentemente se las conocen como drogas no ven horarios ni edades de un ser
humano y la constante competencia de una empresa a otra que desmedidamente va
produciendo aquello que será fruto de ganancias a costa de la vida de los seres
humanos no miden consecuencias que reclutan jóvenes que a corta y prolongada
edad son dependientes de algún estupefaciente o similares que dejaron a sus
familias por adicciones y mejores formas de obtener satisfacción a través del
hurto, asesinato y otros con tal de complacer su necesidad, lo que con
seguridad lo llevó a abandonar sus estudios, familia, profesión, salud.
Los avances
tecnológicos y científicos que se verifican en los medios de comunicación como
Samsung, Sony, Philips, Microsoft, Apple, Universidades de Europa y Estados
Unidos, la aparición de centros de rehabilitación y muchos otros demuestran que
la adicción a algún tipo de droga puede ser controlada a través de tratamientos
sugeridos que son alentadores por testimonios verídicos expuestos por centros
de rehabilitación y congregaciones cristianas como Pare de Sufrir y otros que
son transmitidos por medios de comunicación, entonces las personas afectadas
pueden retornar a los sanos hábitos humanos en beneficio de si, los seres más
allegados y la sociedad. Pero lo cierto es que la realidad de una persona que
cayó en alguno de los vicios no volverá a ser la misma persona de antes porque
su adicción habrá malogrado su metabolismo y físicamente los trastornos son irreversibles
en casos extremos que no acaba ahí sino que causa trastornos de otra índole a
los seres que convivieron con dicha persona y probablemente sus vidas se verán
afectadas de alguna forma. “Después de que una persona tuvo un acercamiento
profundo a un vicio las consecuencias perturban la coexistencia de otros”[1] y
dicho de otra forma la rehabilitación de una persona que cayó en el vicio de
algún tipo de droga pierde la noción del tiempo y al rehabilitarse se da cuenta
que la vida sigue y debe levantarse como pueda porque regresar el tiempo para
estudiar, continuar una carrera, tener una familia y otros se vuelve más
complicado porque una parte de su funcionamiento normal ha sido afectado y le
cuesta asumir mayores y mejores responsabilidades porque tiene limitaciones
fisiológicas, de razonamiento, espirituales y otros.
Es afable y motivador
el ser positivista apoyándose en personajes como Miguel Ángel Cornejo quien en
sus palabras dice “Ser excelente es levantarse cada vez que se fracasa, con un
espíritu de aprendizaje y superación”[2],
tal que de esa forma una persona pueda levantarse de la situación en la que
está. Pero es claro que ésta frase también debe ser aplicada a los seres más
allegados a los que les tocó la desgracia de padecer por el vicio de uno de sus
miembros. ¿Acaso los viciosos no piensan no piensan en su familia? Es claro que
una persona que ingresa en un vicio no hace caso de lo que digan de él, no
piensan en los demás ¿Piensan que todo será como antes solo porque lograron
salir de la oscuridad en la que ellos mismos decidieron entrar? Es de valientes
y capaces el seguir y ayudar a continuar una vida extraída de la oscuridad
dejando de lado su propia felicidad. Y no quiere decir que una persona común
pueda cambiar para bien la vida de una persona que cayó en un vicio porque
seguir una vida si podrá pero siempre habrá huellas de su pasado y es falso
pensar que un adicto a algún tipo de droga está curado porque siempre se darán
modos de consumir aquello que su organismo lo exija, “la droga embrutece, hace
del ser humano un desecho, es la imbecilidad del ser”[3] y
si alguien aspira alto y piensa crecer y prosperar si quiere surgir debe dejar
de lado a aquel que solo perturbará su bienestar con el pretexto de las buenas
intenciones, solo el egoísmo, altanería y mediocridad como un tipo de felicidad
a lo mejor ayude a convivir y ser apoyo de aquella persona que lo necesita.
La inserción de
valores en la formación de los seres humanos desde el núcleo familiar es
motivante e imprescindible para el logro de objetivos que valgan la pena
resaltar de una persona que sabe sobreponerse en la adversidad y que justifican
su existencia más allá de las buenas intenciones que profesan congregaciones
católicas y no católicas que siendo aceptadas o no ponen un margen para vivir
bien.
Y una sugerencia sana
es alejarse de las malas adicciones que solo esclavizan la existencia y
perturban el bienestar común llevando a tener experiencias innecesarias para el
buen entendedor pero que una vez experimentadas solo queda alejarse de él o
apoyarlo renunciando a mejores oportunidades de vida para tener una nueva
adicción que algunas veces solo el padre, la madre, hijo(a) o hermano(a) está
dispuesto a seguir porque sabe querer.
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